Untitled

Uryuu Ishida sketch.

c)Bleach/Tite Kubo

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Difícil pensar en un nombre para este dibujo. Me dedico a hacer fan art porque es lo que me gusta hacer como hobbie. Siempre están reflejados mis sentimientos. Sea el personaje masculino o femenino, ahí siempre hay algo de mí.
No quiere decir que quiero ser el personaje, o realizar un cosplay, o que soy una fangirl. No me gusta dibujar por quedar bien con alguien (dibujar a los personajes más famosos, dibujarlos sexys, dibujar algo que llame la atención, como el morbo, etc.). Dibujo para practicar, para desahogarme, por diversión, aburrimiento... para expresarme. Si dibujo fan art es porque me gustan esos personajes, no en cuanto a que si son "sexys" o que es porque "está de moda", o porque todo mundo habla de ese personaje.
A mí me gusta cómo el creador del personaje le da una historia, un carácter, y cómo lo refleja en el personaje por medio de su forma de vestir, hablar, pensar, etc. Pienso que es difícil cuando se crean demasiados personajes y tratar de conservar la esencia que en un principio se le dio. Aparte de eso, el lograr que el espectador se sienta identificado con el personaje.

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A veces escribo algunas cosas, o me pongo a pensar en esas cosas, y en ese momento comienzo a dibujar. De hecho, la hoja en donde dibujé está doblada, por unas cositas que escribí, y que me arrepiento haberlo hecho porque me da pena enseñarlo. Algunas de esas cosas que escribí tienen que ver con lo de abajo, otras, de verdad no tengo los pantalones de siquiera decirlo.
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Su mundo es muy aislado, apartado, le importa mucho no romper con sus promesas personales por el maldito orgullo aunque, al final, lo puede llegar a hacer por un amig@.
Eso tal vez le pisotee por mucho tiempo, pero mientras la persona más valiosa esté bien, lo demás no importa, y es ahí donde sale una pequeña sonrisa, algo tímida, pues no es de costumbre sonreír si el orgullo ha sido derrumbado y sentir que se ha fallado a sí mism@. No queda de otra, hay que seguir caminando, no puede reclamarle a esa persona, fue su decisión romper con esa promesa, no la de su ser querido. Y con mayor razón, si esa persona a quien ha querido proteger, amar, consolar, ni siquiera se da cuenta del hecho. No hay reclamos, tal vez fue un error, tal vez no. Posiblemente las consecuencias de sus actos se vean reflejados a futuro, pero no hay porqué arrepentirse. Va a doler, pero de los errores se aprende. Hay que seguir caminando, y no culpar a nadie. Rompió con una promesa, no es necesario romper una amistad.